Directora de oficina de La Caixa intenta (presuntamente, claro) ESTAFAR a mi padre

Quién


Mi padre, Juan, y una directora de oficina de La Caixa de la que no sé el nombre ni quiero saberlo.

Dónde


Oficina de La Caixa de la calle J.J. Dómine, frente al puerto de Valencia.

Mi padre ha sido cliente de La Caixa durante unos 30 años, puede que más. De esa oficina concreta es posible que sea cliente desde hace 22 ó 23 años, que se dice pronto. Naturalmente, el personal no es el mismo que al principio, y eso se ha notado en este, llamémosle, "incidente".

Y con los hechos que voy a narrar a continuación no quiero decir que La Caixa sea esto o lo otro, entiendo que cada oficina es una entidad bastante independiente que, a pesar de seguir directivas "de arriba", tiene el estilo que le imprime su máxima autoridad, el director de la misma, que no deja de ser un comercial con unos objetivos. Y, como en todas las actividades comerciales, hay buenos y malos profesionales, comerciales honrados y otros que no lo son, directores honestos y otros que no lo son. Y esta directora es, (presuntamente (1), claro), una mala profesional, carente de honradez y honestidad.

Cuándo


Ayer, jueves 15 de Septiembre de 2016.

Qué y cuánto


Mi padre, de 70 años, necesita 6.000 euros y solicita un préstamo por esa cantidad en su oficina, de la que sigue siendo cliente a pesar de que vive a 50 Km. Llámalo tradición, llámalo confianza…

El caso es que se lo conceden, y recibe una llamada de la directora en cuestión:

-Juan, ya tienes el préstamo, cuando puedas pasa a firmar.

Cómo


Cuando puede, mi padre va a firmar el préstamo ante la subdirectora, para darse cuenta de que la cantidad que le prestan es sensiblemente mayor a la solicitada: le han concedido 8.100€. La subdirectora dice no saber nada de que la directora hubiera pedido más dinero.

Pero hay truco: la diferencia servirá para pagar un seguro para la casa de mi padre que él no ha solicitado y que, según la directora, "le están haciendo un favor porque es algo que sólo hacen con clientes VIP". Claro, se le olvida comentar que esos 2.100€ tienen 500€ de intereses. Todo un favor… 😒 Y también se le ha olvidado que mi padre ya tiene un seguro de hogar con una cobertura excelente pero, eso sí, con otra compañía, seguro que se abona en la cuenta que mi padre tiene con ellos.

Mi padre se muestra reticente a firmar en esas condiciones, pero la subdirectora lo tranquiliza: el seguro tiene un tiempo de desestimiento (le dice 15 días, cuando la ley, en realidad, da 30), así que se lo podrá leer con tranquilidad en casa y, si no le interesa, rechazarlo. Al menos, esa es la teoría… Y hay que tener en cuenta que vive a 50 Km y que tiene ya una edad, con lo que estar yendo y viniendo no es plato de gusto.

Al mismo tiempo, le encasquetan un seguro de vida a nombre de mi madre (el préstamo va a nombre de ambos), un seguro que, incluso de acuerdo con la propia documentación de La Caixa, no es obligatorio.

Cuando mi padre llega a casa, se lee detenidamente las condiciones y se da cuenta de que, en la primera página, la tasación que hacen de su casa, del continente, es excelente, lo que no está mal. Lo que ya no está tan bien es que, en páginas que no son las frontales, el valor de continente cubierto por el seguro es de menos de la mitad del valor de tasación. Inmediatamente, llama a su oficina de La Caixa y les dice que no quiere el seguro, no sólo porque es un mal seguro, sino porque él ya tiene ese bien cubierto. Y no sólo llama, sino que envía un e-mail y les llevó un escrito desestimando el seguro para que se lo firmaran.

Y es aquí cuando se desatan los problemas: cuando va a disponer del dinero, ese dinero del que ha firmado en la oficina ante la subdirectora que La Caixa ya ha depositado en su cuenta, la directora se niega, le dice que o acepta el seguro de la casa o no hay dinero.

Afortunadamente, pasaba por Valencia mi hermana Silvia, que está estudiando derecho y que no permite que NADIE le tome el pelo, y acompaña a mi padre a la oficina, para intentar resolver el embrollo y que mi padre pueda disponer del dinero que ha firmado como que ya está ingresado en su cuenta.

Nada más entrar y preguntar por la directora, ésta se presenta allí y les pregunta, con cierta prepotencia, que "si han pedido cita". Mal empezamos… Mi hermana le explica que mi padre ha rechazado el seguro, algo a lo que tiene derecho, y la directora le contesta que puede rechazar el seguro, pero entonces tiene que utilizar el dinero extra para cancelar esa parte del préstamo. Lo que no dice es que eso que conlleva una penalización del 1% según las cláusulas del préstamo. A ver, ¿una penalización sobre algo que mi padre no ha solicitado? Mi hermana le pide que le enseñe la cláusula del contrato que obliga a mi padre a hacer eso que dice (renunciar al préstamo concedido si desiste del seguro), y la directora, naturalmente, no puede, porque esa cláusula no existe, le contesta que "es una normativa interna de La Caixa". En un contrato entre partes sólo vale lo firmado, no ninguna "norma interna" de la que mi padre ni tiene conocimiento ni ha firmado.

En ese momento las cosas empiezan a torcerse: al verse la directora acorralada y pillada en una mentira (está reteniendo el dinero sin tener derecho a hacerlo y por motivos que no se aplican), se hace la digna y se mete en su despacho diciendo que se le está faltando al respeto, mientras mi hermana la increpa, preguntándole si prestamos en esas condiciones se los encasqueta también a sus padres o sólo a los padres de los demás, y diciéndole que va a llamar a la policía. Una subalterna se acerca para intentar hablar con mi hermana, pero mi hermana la detiene, argumentando que si alguien de esa oficina tiene que darle alguna explicación, es la directora, que es la que ha tramitado el préstamo de mi padre.

Lo que sí hace es solicitarle una hoja de reclamaciones, y lo que hace esa subalterna es indicarle que están encima de una mesita: ¡son las hojas de sugerencias internas de La Caixa, con las que puedes sugerir mejoras en el servicio!

-Éstas no son las hojas legales.
-Sí, si que son legales.
-No, no son hojas de reclamaciones legales, son internas vuestras y para sugerencias. Yo quiero esas que obliga a tener la Generalitat Valenciana a cualquier comercio que atiende al público.

(Nota la margen: ¿que empleados de La Caixa ofrezcan hojas internas de sugerencias cuando se les piden hojas de reclamaciones oficiales es algo generalizado en todas las oficinas, o sólo cosa de ésta?)

Es entonces, y no antes, cuando la subalterna saca las auténticas hojas de reclamaciones, las que valen para poner una denuncia en consumo. Mientras tanto, mientras rellena la hoja, mi hermana llama a la policía, les explica lo que ha pasado y le indican que envían una patrulla.

Y también es entonces, cuando es claro y evidente, porque no ha bajado la voz para hacerlo, que mi hermana ha llamado a la policía, que se obra el milagro: aparece la directora diciendo que ha hecho "unas llamadas" y que mi padre podrá disponer del dinero en media hora, que se pueden ir tranquilos y que ya no hace falta la hoja de reclamaciones.

Mi hermana dice, confiada ella, que ni hablar, que si mi padre va a poder disponer del dinero en media hora, esperarán allí, a que llegue la policía o a que pueda disponer del dinero, lo que sea antes, nada de 50 Km más de vuelta para que después resulte que no es cierto y que es una maniobra para quitárselos de encima. Se quedarán allí hasta que el dinero esté disponible. La policía no ha llegado, pero está en camino, y la directora lo sabe. Y mi hermana, aprovechando que ha salido de su despacho a dar tan estupenda noticia, le pide que le firme y le selle la hoja de reclamaciones (es obligatorio).

Y de nuevo, ¡alabado sea el FSM!, se produce un nuevo milagro: el dinero que iba a estar disponible en media hora, ¡ahora está disponible de manera inmediata! Por supuesto, mi hermana insta a mi padre a retirar TODO el dinero.

Pero aquí no acaban las maniobras torticeras de la directora: en el papel que le hace firmar conforme que desiste del seguro intenta colarle una clausula conforme a la cual mi padre autoriza a que le carguen los gastos de gestión y cancelación del seguro, ese que no ha solicitado. Naturalmente, mi hermana no se fía, así que lee detenidamente el escrito, ve la cláusula y añade, a mano, que el prestatario NO autoriza a que se realice ningún cargo en su cuenta por esos conceptos. A la directora se le olvido mencionar, ¡mira que cosas!, que el cargo por cancelación es del 1%, amén de otros gastos de gestión.

Y es aquí cuando mi hermana llama a la policía para decirles que, al final, no va a hacer falta que acudan, que ya se ha solucionado el tema y procede, a requerimiento de mi padre, a hacer algo que yo no hubiera hecho: romper la hoja de reclamaciones. Y yo no la hubiera roto y hubiera seguido adelante con la reclamación, a pesar de poder disponer del dinero. Una, por la intención (presuntamente, claro) de engañar, aunque eso requeriría de algo más que de una simple hoja de reclamación, requeriría de una denuncia en los juzgados por intento (presuntamente, claro) de estafa. Dos, porque la interfecta se va a ir de rositas y va a seguir haciendo (presuntamente, claro) lo mismo con otras personas en similares circunstancias. Y por eso estoy escribiendo yo esta entrada, para evitar, en lo posible, que eso suceda.

Por qué


Es lo que no entiendo: el por qué. Ha intentado (presuntamente, claro) engañar a una persona mayor que, a pesar de ser una persona inteligente, ya no tiene las mismas condiciones físicas y mentales de cuando era más joven. El simple hecho de tener que desplazarse hasta esa oficina, en la que se mantenía por confianza, le supone un pequeño suplicio, porque, además de la distancia, no tiene las rodillas en buenas condiciones y le cuesta mucho andar. Tal y como le preguntó mi hermana a la directora, ¿hace lo mismo con sus propios padres, con sus familiares, con los padres y familiares de otros empleados de La Caixa, o sólo con los padres de los demás, con personas que están más desvalidas por cuestión de su edad y sus circunstancias?

Y lo malo de que esa persona haya actuado así es que, además, le da mal nombre a La Caixa en su conjunto, no sólo a su oficina. Y debo insistir que no es algo que sea extensible a toda la entidad, considero que es algo particular de esa directora concreta. Por ejemplo, el director de mi oficina, donde tengo la cuenta común con mi esposa (también soy cliente de La Caixa), pensó en mi esposa como posible receptora de fondos de la Obra Social de La Caixa (mi esposa trabaja con niños con autismo), algo que no se llegó a sustanciar por motivos que no viene al caso, pero el simple hecho de que la haya tenido en cuenta ya es de agradecer. Pero, a pesar de todo, la que va a resultar mal parada por mala reputación va a ser la entidad, La Caixa, en su conjunto.

Curiosamente, yo también tengo una cuenta en la misma oficina que mi padre: cuando me hice cargo del negocio familiar, abrí la cuenta allí, a pesar de quedarme algo alejada, porque era yo quien trataba con ellos, como empleado de mi padre, y los conocía a todos, había un trato cordial y sabía que se podía confiar en ellos. Esas premisas ya no se cumplen, por lo que creo que ha llegado la hora, y más después del intento de estafa, de llevarme la cuenta a otra oficina. Es decir: por falta de honradez habéis perdido un cliente del que sacar comisiones y bonificaciones, ahora se las apuntará otra oficina.

Conclusiones, y una petición


¿La conclusión más evidente? Que esa oficina ha perdido a dos clientes por falta de honestidad.

Otra no tan evidente es que los bancos no son tus amigos. Ya no. Antes los bancos eran como el médico, una figura de respeto y casi veneración: el médico velaba por tu salud y el banco por tu dinero, el director era un vecino del que conocías a la familia, al que saludabas de camino al mercado o al que invitabas a un chato de vino en el bar. Nunca más. El médico sigue velando por tu salud, pero el banquero no vela por tu dinero, quiere quedarse con él, no te puede fiar de sus consejos porque ahora ya no son alguien a quien pedir consejo y que te lo den de manera leal y honesta. Quieren tu dinero, ya no tienen suficiente con el de los intereses de los préstamos que pides, de los porcentajes que sacan moviendo tu dinero (y el de muchos otros al tiempo) y el de los gastos y comisiones derivados del uso de tu cuenta, no: quieren más, quieren que tu dinero sea suyo, y no dudarán en engañarte hacer lo que sea necesario para conseguirlo. Así que ojo avizor y no dudes en asesorarte antes de contratar nada con ellos.

La conclusión buena es que mi padre ha conseguido más dinero de que había pedido por un intento de la directora de venderle algo que no había solicitado: el contrato del préstamo no indica que el dinero haya que dedicarlo a esto a aquello, y mi padre ya había firmado conforme que lo había recibido en su cuenta. Sí, tendrá que pagar intereses por ese dinero de más, pero dado que ya pidió en el préstamo el dinero justito, ya que cuanto más mayor, más difícil es que te concedan un préstamo, ese dinero extra la va a venir bien.

Y una conclusión sabida es que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, y que mintiendo y engañando no se llega a ningún sitio. A ninguno bueno, al menos.

Con lo que cuesta hacerse una reputación, y lo fácil que es perderla…

Y la petición es a los responsables de La Caixa, a los que están por encima de esa directora, a sus superiores:

Si por una increíble casualidad llegaran a leer esto, algo que veo poco probable, háganme caso: metan a esa "individua" en vereda, o alecciónenla como mejor vean ustedes, o échenla, engañar (presuntamente, claro) a los clientes sólo les reportará problemas y perdida de credibilidad, quedarán como "el banco que engaña a los viejos", y eso no es muy loable, que digamos. Ese triste "honor" lo tiene, por méritos propios, Bankia, con el tema de las preferentes, no creo que sea inteligente dar pasos en pos de arrebatarle el puesto.

Por cierto, si quieren ver como transcurrió el "incidente", no tiene más que acudir a las grabaciones de sus cámaras de seguridad, que seguro que las tienen.

NOTA: entiendo que ésta es una versión de parte y que puede estar sesgada por esa "parcialidad", aunque he procurado narrar todo tal y como ha sucedido, según el relato de mi hermana, que es quien ha llevado el peso de la negociación y las diferentes conversaciones dentro de la oficina. Por supuesto, si la directora en cuestión leyera esto y quisiera aportar su versión de los hechos, estaré encantado de incluirla en el artículo, pero vaya por delante de que nosotros contamos con documentación que avala todo lo que se ha expuesto.

(1) Cualquier referencia a las palabras "presunto", "presuntamente" y derivadas es por motivos legales, no quiero que me puedan denunciar por difamación, injurias, etc.



 Adenda 17/Sep/16, 15:20: hablando con mis familiares del tema, me acabo de enterar de que esa misma directora hizo algo similar, no hace mucho, con uno de mis hermanos, que tiene cuenta en esa misma oficina porque la tienen mis padres: pidió un préstamo pero le OBLIGABAN a contratar un seguro de vida, para cuyo pago también le aumentaron el monto solicitado del préstamo. Es decir, SIN SEGURO, uno que mi hermano no ha solicitado ni necesita, NO HAY DINERO, a pesar de que es también cliente desde hace muchísimos años y nunca ha dejado nada a deber. Suena mucho a estafa, también…

Adenda 17/Sep/16, 22:20: mi padre no había leído todavía el artículo y, aprovechando que me han contactado por Twitter desde el Servicio de Atención al Cliente de La Caixa pidiendo datos, le he pedido que se lo leyera y que me dijera si me daba permiso para dar sus datos. Al fin y al cabo, el afectado es él.

Tras leerlo, me ha llamado para decirme que no hay problema en dar sus datos ("Total, ya los tienen", me dice) y me comenta, entre risitas:



-Pues no te vas a creer lo que me pasó hace unas semanas con la misma directora: revisando papeles, vi que el préstamo hipotecario que tengo con ellos estaba al 4'40% de interés con índice IRPH, que está obsoleto y ya no se utiliza, y me pareció alto, así que le llamé para renegociarlo, alegando que habían bajado los tipos de interés hipotecarios para todo el mundo (ellos incluidos, con el dinero al 0%) menos para mí, y me dijo:

-"Juan, sí que se puede bajar el interés: te bajo un 0'40% si contratas un seguro para la casa; como sois dos, un 0'20% por cada uno contratando un seguro de vida; otro 0'20% por el seguro del coche; además, tendrás que pagar 800 euros de notario y un porcentaje en gastos internos de notaría de La Caixa."
Es decir, esta estafadora (presuntamente, claro) ya intentó "chantajear" a mi padre para que comprase seguros que no necesitaba a cambio de una bajada justa de los intereses que estaba pagando. Naturalmente, mi padre no ganaba nada si tenía que pagar por un lado lo que se ahorraba por el otro.